Este altar al trailero lo encontramos en la carretera a Etzatlán. Llamó nuestra atención porque es una tradicional instalación de cenotafio en el lugar donde ocurrió un accidente, a la vez que una intervención estética muy novedosa pues coloca como reliquias las partes del tráiler en que se mató este joven chofer. DEP.
Ya no hay simbología católica, sino las piezas de su tráiler, todavía relucientes. Me hace reflexionar que son estas marcas, resultadas de las intervenciones amorosas de quienes se encargan de recoger los pedazos para armar materialmente el recuerdo, las que impiden el anonimato de los no lugares, de la velocidad y de desplazamiento…