“A vestir santos” es una expresión popular, usada en México para denominar a las solteronas que se convierten en “beatas” y destinan su tiempo a cuidar de los santos. Efectivamente, vestir santos es una práctica de la religiosidad popular que enmarca los preparativos de toda fiesta patronal. En la víspera, el párroco designaba quienes vestirían a los santos y a las vírgenes, entre las mujeres ejemplares por sus virtudes cristianas: honestidad, pureza y recato. Incluso se elegían a aquellas jovencitas que tuvieran fama de ser vírgenes, o de plano a las solteronas “quedadas”.
Las fotografías que fueron seleccionadas nos muestran otra cara de esta tradición. “Vestir santos” de acuerdo a las fotografías y notas etnográficas aquí expuestas significa una apropiación popular, mediante la cual los sastres confeccionan trajes a imagen y semejanza de sus creyentes. Es así, que los rebeldes de la APPO convierten al niño dios en activista armado y los chavos banda del barrio La Merced transforman a San Judas Tadeo en “San Juditas” y lo visten como cholo. Santo Santiago, quien fuera patrón de los conquistadores, transmuta de su original personalidad de Matamoros a “Mataindios” de América, y actualmente puede vérsele vestido de charro mexicano, pero también , después de los ataques terroristas del 11 de septiembre, los curas de la catedral de Compostela decidieron convertirlo en “Matamargaritas” para no provocar a los guerrilleros islámicos.
Vestir Santos es una práctica que se da en los márgenes de la ortodoxia eclesial, pero mediante el know how de la religiosidad popular. Es una actividad que se muestra subversiva, mediante el simple acto de la confección de vestuarios ad hoc, con los cuales el acto de vestir se trasforma en transvestir a los santos canonizados por la iglesia.
“A vestir santos” también suele significar la expropiación popular de uno de los secretos de salvación más monopolizados por la curia: la canonización. Vistiendo santos, el pueblo es capaz de elegir sus propios mártires y de escribir oralmente hagiografías ejemplarmente mundanas. Los migrantes y fronterizos de Tijuana seleccionan a Juan Soldado porque sufrió un martirio a causa de la injusticia judicial. Los argentinos consagran al Gauchito Gil por razones similares. La Santa Muerte, dicen, representa la equidad y la justicia porque es lo único que todos los vivos comparten: la muerte prometida. El Maximón guatemalteco nació entre los pueblo mayas para ser transvesti, pues es ambivalente en su sexualidad, en su etnicidad, en su moral. Todos estos santos seculares acompañan las angustias provocadas por lo transitorio: la migración, el tránsito en carreteras, la vida y la muerte. Pero también todos ellos son magnánimos protectores, y velan a los mortales de los peligros y los acompañan en sus actividades liminales, ilegales, prohibidas, censuradas o ignoradas. Son por ello, más de carne y hueso que otros santos encerrados en sus capillas. La mayoría de las veces, aunque gozan de la devoción del pueblo, son también repudiados e incluso perseguidos por los curas, pero temidos y amados por sus fieles porque se dejan vestir de cuantas maneras sean necesarias para conquistar los miedos de las sociedades latinoamericanas.
Por último, está la obra plástica popular, que de manera inconsciente plasma nuevas iconografías del arte popular ligado a los santos. Los santos no se quedan en sus altares, andan en los tianguis, transitan en los carros, están impresos en los muros callejeros e incluso han sido tatuados en la piel. Estas expresiones de plasticidad, a veces involuntarias, recrean nuevos santorales, como es el sagrado corazón con rostro de teléfono. Otras veces responde a una expresión estética intencionada, como es el crucifijo que han dejado los migrantes derramando su sangre al cruzar por la frontera de Tijuana a Estados Unidos. También están los usos políticos de la imagen. El juego de semiotización de los símbolos nacionales, como son la bandera, la virgen de Guadalupe y Benito Juárez. El juego combinatorio de estos tres símbolos transforma el discurso de la patria en medio de un algoritmo de reacomodos simbólicos que reescriben la tensión entre laicidad y la catolicidad en México.
Maximón
Versión original
Maximón es una deidad de origen maya que tomó forma entre la memoria ancestral y los márgenes permisivos del catolicismo popular. Se le adora con los mismos vicios que promueve: el alcohol, el tabaco, el dinero, las mujeres –y los hombres. Es una figura que se transfigura dando lugar a representaciones diversas del mismo personaje en lugares diversos. El travestismo es su mismo ser, pues es una figura que hay que vestir. Y se la va vistiendo según las ocasiones y los lugares en que se encuentre. Posiblemente las más cercana a su origen maya por su figura y rituales es la que se adora en Santiago Atitlán, un pueblo situado en las orillas del lago Atitlán cuya población es mayoritariamente de origen Maya-Tzutujil. En sí no es más que una piedra –eso sí, sagrada- y una máscara, a las que se le van añadiendo los regalos de sus feligreses; pañuelos, sombreros, pantalones, calzado. Se le rinde culto dándole de beber aguardiente por un orificio que tiene en la boca, en la que también se le ponen puros y cigarrillos encendidos. Los fieles le traen también ofrendas varias y bastante dinero para garantizar la realización de sus peticiones.
Versión sincrética
En la orilla opuesta de Santiago de Atitlán, sobre el mismo lago, se encuentra el pueblo kaqchikel de San Jorge de la Laguna, donde encontramos otro Simón o Maximón, que ya ha sufrido la transformación básica: la figura es un maniquí que representa a u hombre blanco, barbado, con atributos de poder –normalmente una vara de alcalde- pero también los lentes oscuros. Pero en este caso, su vestimenta es claramente maya, como el de las vírgenes que le flanquean: es el traje que se usa en la danza de la conquista. Unos años antes que se tomara esta foto, ‘el Maximón de San Jorge’ era una piedra, a las se le decoraba con sombrero y pañuelos y, como a los demás, se ofrecía dinero y se daba de beber y fumar.
En compañía de sus colegas
La figura más extendida del San Simón, la que se encuentra en casas y altares particulares, es la de un hombre siempre barbado, vestido de negro, sentado en una silla, como se le adora en San Andrés Iztapa – el lugar al que acuden los capitalinos. En esta ocasión está en un centro de curanderossanadores mayas en la capital, le vemos ataviado con una chamarra de mezclilla, hecha a medida, y rodeado de otras figuras de la religiosidad popular de frontera como San Judas Tadeo –personaje con el que está tradicionalmente vinculado- y la Santa Muerte, además de figuras funerarias mayas. San Simón es el santo de las prostitutas, los sicarios, los alcohólicos, pues es un santo al que acercarse, pero no exige un comportamiento moralmente imputable.
El Santo y el migrante
La adoración de Maximón/San Simón se extiende por toda Guatemala, sobre todo en su área maya, a través de representaciones locales autónomas entre si al cuidado de cofradías de diversa índole. En el pueblo kíché de Zunil, el prestigio del santo y la riqueza de la cofradía han aumentado de la mano de la migración local a Estados Unidos. … pero al santo lo siguen vistiendo sus feligreses
Versión translocal, ‘Navy en LA’
Los guatemaltecos que se fueron a vivir a México o a Estados Unidos llevaron también con ellos imágenes del Santo y participaron en una dinámica internacional del culto. En Los Ángeles, podemos encontrarlo por ejemplo en un templo construido en el fondo de la botánica ‘san Simón de los Llanos’. El maniquí que adoran los fieles es igual a la figura de San Andrés Itzapa. l propietario de la botánica, que se define como curandero y guía espiritual, lo viste de militar, reproduciendo una tradición guatemalteca donde lo visten de general, de coronel o de policía en ciertas ocasiones. Parece que este tipo de traje se usa para peticiones particulares como por ejemplo lograr su entrada en Estados Unidos. Todo pasa como si San Simón se convertía en representantes de la autoridad para apropiarse de sus fuerzas. Las historias de guatemaltecos llevados hasta Estados Unidos ilegalmente gracias a él son numerosas. En este sentido, San Simón se aparenta con santos mexicanos no católicos como Jesús Malverde o Juan Soldado, solicitados por emigrantes.
Donald Simón
La figura de Maximón se adora en altares públicos en las cofradías y en domésticos, en las casa de los creyentes en los que puede tomar formas de los más diverso. En este caso tenemos la figura de un pato que se convirtió en la base sobre la que se estableció la iconografía propia de San Simón –ropas, pañuelos, tabaco, alcohol- y comparte altar y vicio con el Hermano Pedro, máximo representante del rancio catolicismo de la conservadora ciudad de Antigua.
Santa Muerte
La Quinceañera
Doña Queta Rodríguez es la guardiana del altar a la Santa Muerte en el Barrio de Tepito. Ella dice que conoce y venera a la Santa Muerte desde que tenía como cinco años de edad. Recuerda que su familia vivía en el tejado de un antiguo edificio del centro histórico, porque su papá trabajaba de velador del edificio. Su abuela tenía una pequeña figura de la Santa, era una estatuita verde, y que por la noche le rezaban, y que desde ahí le tiene mucho cariño y mucho agradecimiento, porque es una santa muy buena, y que mientras ella pueda ella seguirá dedicada en cuerpo y alma a mantener el altar. Me invita a ver de nuevo el vestido de la Santa, pues la siguiente semana ya vestirá diferente. Tiene contemplado vestirla como catrina, con un vestido rojo, con su sombrilla negra y una pluma roja en la cabeza. Ella misma confecciona el vestuario. Se hace un ritual, como se acostumbra con las vírgenes, para vestir a la santa. Comenta es muy bonito.
La Niña Blanca
‘La idea del grupo surgió el año pasado, yo tengo 15 años llevándole mariachis a mi Santísima a mi negocio (…) Yo empecé a hacer mis rezos, empecé a hacer mis mañanitas, a mi Santísima Muerte, cada 1ro de noviembre y pues yo me sentí muy segura de ver que este año que pasó, en el 2004, fue muchísima gente, yo dije : « Saben qué ? vamos a hacer una procesión en la calle » y así con mi imagen, que mide 1m80 de alto, la sacamos vestida de novia, llena de flores, en las calles principales de aquí de Veracruz, rodeamos todo lo que es el mercado, y la gente, que no iba en esa procesión, se reunió a nuestras procesiones, comerciantes, público que iba caminando a hacer compras, taxistas, los policías, los medios de periódicos, toda la gente se unió al grupo y yo dije : « Hay muchos devotos de la Santa Muerte ».’ Ana Luisa, líder del grupo Blanca Flor.
Collar de Yemayá y Muerte danzante
En Veracruz, desde aproximadamente 10 años, se asocia a la Santa Muerte con la imagen umbandista del oricha Yemayá. En este grupo, liderado por la propietaria de un puesto de venta de yerbas medicinales y ingredientes para ‘brujería’, se utilizan también collares de santería cubana: como resguardos, y durante los rituales como ‘canalizadores de energías’. Más recientemente, se incorporaron a las procesiones del grupo danzantes ‘aztecas’ especializados en las danzas para la Santa Muerte y para la Virgen de Guadalupe, contratados desde el DF. Además de la procesión se realizó un ritual en el sitio arqueológico El Zapotal, donde se encuentra un bajo relieve del dios de la muerte Mictlantecuhtli, considerado como otro avatar de la Santa. La presencia de los danzantes permitió también a la líder del grupo obtener un permiso para desfilar, a pesar de las protestas emitidas por las autoridades católicas locales: se trataba así de un ‘evento cultural mexicano’.
Santa muerte chiva
Renée de la Torre, San Juan de los Lagos, Jalisco, mayo 2005)
Posando para la foto
En cada ritual, rezo o procesión para la Santa Muerte, los devotos traen sus propias imágenes, en forma de cuadro, dije, o estatua y las reúnen en un altar efímero, para que ‘se carguen de energía’. En cada ocasión, tratan de vestir las estatuas de manera diferente, dentro la amplia gama de vertientes posibles y en correspondencia con sus necesidades. Aquí, además del copal para las ‘limpias’ y del paliacate jarocho símbolo de Veracruz, se encuentran colocados el Ángel de la Muerte, la Muerte dorada para atraer dinero, la vestida de verde para la salud, la roja para el amor, la Muerte danzante porque ‘la Santa Muerte es prehispánica’, la vestida de dama de la sociedad ‘porque le gusta mucho a ella’, y la que adornaron con un mechón de pelo de un familiar de su propietario, enfermo, ‘para que lo cure’. Para lo foto final, en conclusión de la procesión y del ritual, como recuerdo, como testimonio de lo que se hizo y para los medias. « Somos guerreros, somos columnas »; « Firmes como soldados en nuestra fe ». Los participantes, además de vestir a las estatuas de sus Santa Muerte, se vistieron ellos también en representación de ella : los danzantes con su estética aludiendo al culto azteca, los ‘clásicos’ con playeras negras vendidas en el mercado global del hardrock y resemantizadas como representaciones de la Santa Muerte, la líder de Blanca Flor con un collar de palo-monte (culto cubano que implica un trato con los muertos e incluye calaveritas en sus collares) y una bata bordada con el ‘estandarte’ representando el bajo relieve de El Zapotal, que diseñó especialmente para su grupo, y personajes típicos de los cuentos populares de terror mexicanos como ‘la llorona’.
Efigies y figuras de la muerte y Santa Muerte
Sobre el piso de asfalto y frente al Santuario Nacional de la Santa Muerte de la ciudad de México, los danzantes disponen sus efigies personalizadas y un círculo que contiene la imagen en colores de Miquiztli (muerte). Este espacio fungió como el centro de la danza ofrecida por el grupo de danzantes NahualtzinMiquiztli durante la celebración del aniversario de la Santa Muerte.
Santo Santiago
Santiago Matamoros
Se trata de una imagen procesional. Es vestido por la mayordomía. Es una pequeña figura con una peluca de cabello natural, capa, botas de ranchero, una faldita plegada y una espada de tan pequeña que parece cuchillo.
Santiago charro
Cada año Santiaguito es vestido por la mayordomía, en esta ocasión fue vestido como un charro mexicano.
Santiago Matamargaritas
La catedral de Compostela es un lugar sagrado pues ahí están supuestamente enterrados los restos del apóstol. Aunque Santo Santiago tiene tres personalidades en una: apóstol, peregrino y matamoros; posteriomente fue adaptado como mataindios de América. En Compostela abundan las representaciones de los dos primeros y son escasas las imágenes del matamoros. Una de las pocas figuras del matamoros se ubica en un altar lateral de la catedral. Durante una visita turística, el guía, entre broma y broma, nos enseñó la nueva personalidad adquirida por el Santo, y señaló: ‘He aquí el matamargaritas’. Nos explicó que tras las margaritas, se escenificaba la matanza de los moros, que cuyas cabezas habían sido decapitadas por el bravío Santiago, pero que desde el 2004, tras los ataques terroristas islámicos, el obispo pidió que fueran tapados con flores, para no desatar posibles enojos y acciones de revancha por parte de los musulmanes.
Santiago hispaneka
Esta imagen de Santiago está impresa en el estandarte de un grupo de concheros españoles, que se han asumido como hispanekas. Este grupo realiza rituales concheros en España, pero con interpretaciones eclécticas en sintonía con el new age. Emilio Fiel, el capitán del grupo de danza, explica que: ‘el señor Santiago a caballo volando en el cielo indica que va peregrinando sobre la tierra en un arco iris que une a México y a España’.
Gauchito Gil
Estampa original de Gauchito Gil
Oxum y el Gauchito Gil
Oxum, el orixá de los ríos y el agua dulce en general, de la belleza y el amor, a quien se invoca también para la fecundidad y la riqueza, se sincretiza, en Brasil con distintas advocaciones de la Virgen María. Por ello en Buenos Aires, el 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción, los practicantes de religiones afrobrasileras se acercan al Río de la Plata para hacerle llegar sus ofrendas. A la vez, el Gauchito Gil, el más querido de los santos populares, es venerado todos los días 8 del mes (su fiesta es el 8 de enero). En la ribera de Quilmes (gran Buenos Aires), un templo junta ambas devociones.
San Judas Tadeo
San Judas Tadeo (Nahayeilli Juárez)
San Judas Tadeo
San Judas Tadeo es considerado como abogado de los casos difíciles, de ayudar al que menos tiene, el de las causas desesperadas, de los males incurables, del desprotegido. Recientemente, ‘San Juditas’ –como lo llaman sus devotos– convoca cada día 28 del mes a decenas de miles de seguidores de la ciudad de México. Su santuario se ubica en antiguo templo de San Hipólito, en el mero centro de la ciudad, en contra esquina de la Alameda, en la esquina del Paseo de la Reforma y Zarco. Sus piadosos, además de ser familias de comerciantes informales, son los jóvenes banda, que acostumbran cada día 28 cargar con ‘el mono’ (estatuilla del santo) y asistir a su santuario para agradecerle su protección, coreando: ‘Ya viene, ya llegó la delincuencia a cantarle al patrón’.
San Miguel Arcángel
Estampa original de San Miguel Arcángel
San Miguel Arcángel: De romano a azteca
El grupo de danza azteca de la familia Pineda, uno de los de mayor tradición en la ciudad de México, fue fundado por Manuel Pineda que fue quien rescató la estética azteca de la danza concheras. Actualmente sus descendientes (sobrinos) mantienen un cuartel de danzas con un altar al Señor San Miguel. Cada año, los días 29 y 30 de septiembre, los Pineda organizan un festejo, con velación, misa y danza, a donde asisten danzantes aztecas de distintos lugares de México. El capitán de la danza, don Miguel Ángel Pineda, recuerda que la historia de la devoción se remonta a la siguiente anécdota: ‘Saliendo de una pulquería, estaban afuera unos borrachines, eran una ‘baratilleros’ que traían la imagen del santo, y estaban comentado que no la habían podido vender. Entonces a uno de ellos se le ocurrió: ‘hay que quemarlo’ y trataron de quemarlo y como no se quemó la tiraron a la calle, y se le rompió la cabecita y sus alas. Mi padre salió de la pulquería y se encontró al santo sin cabeza y lo recogió y se lo llevó a casa. Al otro día unos niños, que estaban en la calle jugando fútbol, recogieron la cabeza. A mi padre le gustaba ir a chacharear y el domingo fue y se encontró la cabeza. Se la vendieron en 20 o 50 centavos de aquellos tiempos. Entonces mandó a restaurar al santo y ahí inicia la danza al Señor San Miguel. En el año 2005, este santo, que desde 1926 ostentaba una indumentaria de soldado romano, fue vestido por primera vez de danzante azteca. El traje era precioso, todo bordado con chaquira, y en la cabeza traía su penacho, con plumas rojas y anaranjadas’. Don Miguel Ángel lo presentó, pidiendo disculpas anticipadas a los presentes, por si alguien se sintiera ofendido, pero también recalcó que por fin el Arcángel era el gran patrón de los danzantes aztecas.
Sagrado Corazón de Jesús
Ex votos y Sagrado Corazón de Jesús
La imagen del Sagrado Corazón es quizá una de las más preferidas por los fieles católicos para adornar las paredes de las casas. Pero también es una imagen que aparece en cobijas, toallas, bolsas de mercado, etcétera. Esta circulación de imágenes católicas a manera de mercancías, coloca a la imagen un lugares insospechables. Por ejemplo, en el vestíbulo de Santo Toribio, fue arropado por los exvotos de sus fieles, dándole una rejuvenecida imagen.
Telefonía con Dios
Otro ejemplo, es el montaje de una toalla que lleva impresa la imagen del Sagrado Corazón, al ser usada para cubrir una caja de cartón, que a su vez fue adaptada como mesa de exhibición de teléfonos que se ofrecen a la venta en un tianguis callejero en la ciudad de la Antigua, Guatemala, recrea una instalación artística efímera. El montaje, a manera de collage funda un nuevo santoral acorde a los días de hoy: el sagrado corazón de las telecomunicaciones que garantiza una comunicación directa con Dios.
Cristo en la cruz
Estampa original de Cristo en la cruz.
Cruci-ficción
El arte fronterizo se plasma en el muro que divide Tijuana de los Ángeles y es apropiado como galería de arte por colectivos de Tijuana. Este crucifijo fue confeccionado con las ropas de mexicanos que mueren injustamente en el intento de traspasar la frontera para pasar al ‘otro lado’. Estas actividades de producción artística son a su vez reivindicaciones políticas, mediante la apropiación del arte sacro que permite denunciar el vía crucis que sufren miles de mexicanos al querer cruzar la frontera.
Juan Soldado
Juan Soldado
La región Tijuana-Tecate además de ser un lugar de tránsito para cruzar al ‘otro lado’, se ha convertido en lugar de destino migratorio nacional. El veloz crecimiento de las poblaciones fronterizas también ha contribuido a generar un nueva problemática de inseguridad y violencia, para la cual muchas personas buscan intersección de la Virgen de Guadalupe. Pero esta situación también ha propiciado nuevos santorales seculares como son el culto a la Santa Muerte (patrón de presos y prostitutas), al Santo Malverde (patrón de los narcotraficantes), o a Juan Castillo, conocido popularmente como Juan Soldado (patrón de los migrantes), a quien se acude como santo protector para evitar ser detenido por la Patrulla Fronteriza, ser asaltado al cruzar la frontera y conseguir un empleo en los Estados Unidos. Las imágenes y bustos de yeso de Juan Soldado se usan como talismanes milagrosos que brindan protección para cruzar la frontera. Cientos de personas visitan su tumba, como si fuera un santuario, y en él dejan veladoras y adquieren estampas y figuras para encontrar la protección del santo.
Virgen de Guadalupe
Juárez-Guadalupano
El Juárez guadalupano se presentó durante la marcha ‘de repudio al limosnazo’, realizada el 11 de abril del 2008, en la cual 500 manifestantes expresaban el enojo por la donación de 90 millones de pesos que Emilio González, Gobernador de Jalisco, ofreciera al Cardenal de Guadalajara, para la construcción del Santuario de los Mártires Cristeros. En los actos preformativos que fueron registrados por las fotografías podemos apreciar esta imagen como un ejemplo de trasgresión de los símbolos sagrados. Revivir a Juárez, padre del liberalismo, como el símbolo unificador de la patria, como es considerada la Virgen de Guadalupe, es revertir el sentido de consagración de una nación profundamente católica a una nación sacralizada por su laicidad.
Virgen en Bandera nacional
El ícono de la guadalupana no es sólo un símbolo sino un acontecimiento permanente que pugna por la construcción de la nación ‘imaginada’ y en la manera de hacer la historia. Por ejemplo, en el siglo XIX estuvo presente en el estandarte de os independentistas y en el XX de los revolucionarios, y también de los cristeros. Posteriormente mediante su manto se negociaron en los años 50 los pactos nacionales entre patrones y obreros. Actualmente, los grupos de derecha conservadores católicos desafían al estado laico supliendo el símbolo oficial del águila azteca, por la imagen de la Virgen de Guadalupe. Imagen tomada mediante la manifestación de católicos en apoyo al cardenal Juan Sandoval Iñiguez, cuando fue acusado de lavado de dinero.
Guadalupe zapatista
La Virgen de Guadalupe condensa actualmente la identificación de los más pobres, de los indígenas, de las minorías estigmatizadas, de los excluidos y los sin voz. A lo largo de la historia ha sido retomado tanto para promover una mariología compasiva hacia los pobres, como para suscitar movimientos populares de liberación, así como expresiones artísticas alternativas. Ha sido vestida y reelaborada por el movimiento Zapatista chiapaneco, quienes además de plasmarla con pasamontañas como andan los guerrilleros, hacen que la virgen acompañe a su lucha política. Estas expresiones no han dejado de levantar controversias.
Renée de la Torre
Santo Niño
Santo Niño convencional. (Margarita Zires)
El Santo Niño de la APPO
Se trata de una figura del Santo Niño de Dios producida en 2007 por un sector del movimiento social oaxaqueño llamado Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca. Dicho movimiento surgió en junio de 2006 a raíz de una represión violenta a un movimiento magisterial y a la población que lo apoyaba. El objetivo principal de la APPO era conseguir la destitución del Gobernador Ulises Ruiz debido a su autoritarismo y corrupción. El Movimiento fue reprimido de una manera más violenta en noviembre de 2006. Poco después de dicha represión y del día de la Candelaria, el 2 de febrero, en que se visten a las figuras del Niño Dios, se da a conocer esta figura en una marcha y se multiplican estas imágenes entre los simpatizantes de la APPO. Recuerda a los jóvenes que defendieron al Movimiento en el tiempo en que el gobierno mandaba al ‘escuadrón de la muerte’, o sea, a grupos paramilitares a intimidar al Movimiento: tiempo en el que hubo secuestros, desapariciones y asesinatos a miembros de la APPO. La maestra Remedios señala que crear esa imagen era una manera de ‘manejar la indignación, el enojo, la frustración y el miedo’ después de la represión de noviembre de 2006. Era un modo de ‘manifestar la inconformidad’ y una ‘forma de continuar la lucha por el canal de la religión’.
El Santo Niño de la APPO
Esta figura que se puede observar en la foto ha acompañado muchas manifestaciones y viene acompañada de esta oración que recupera el sentido político que le otorgan los miembros de la APPO: ‘Desde este humilde hogar, te pedimos santo Niño APPO que no permitas que esta lucha sea en vano, que la muerte de nuestros compañeros no quede impune, que nuestros compañeros presos sean liberados, que los perseguidos y exiliados tengan la libertad de regresar a sus hogares, que sanen pronto las heridas de nuestros torturados y que intercedas ante Dios por la salida de Ulises Ruiz. Todas estas peticiones que te hago son para la liberación y justicia de Oaxaca. Amén’.
Coordinadora
Renée de la Torre (Coordinadora)
Colaboradores
Alejandro Frigerio
Araceli Moreno Ramos
Kali Argyriadis
Manuela Camus
Santiago Bastos
Sylvie Pedron Colombani
Renée de la Torre
José Enrique Acevez