Mismos pasos, nuevos caminos fue el título de un libro que escribí con Cristina Gutiérrez Zúñiga sobre la transnacionalización de comunidades nueva era que inspiraron la recuperación de las culturas ancestrales mexicanas. En ese libro seguimos varias de sus rutas andadas. Ayer en El Cairo descubrí sus huellas en las pirámides de Giza.
Mientras el guía nos daba la explicación mencionó la extravagante idea de la presencia de extraterrestres que explicaba las similitudes entre las pirámides egipcias y mexicanas. Al ver que yo no le seguía la onda aclaró, bueno no está comprobado, pero hay quienes lo creen…
Después de una pequeña introducción histórica nos indicó:
Pueden subirse y tocar las piedras para cargarse de energía. Yo les tomo la foto en ese lugar.
Me llamó la atención que hablara de carga de energía, pues en todo el viaje no vi que alguien lo hiciera y le pregunté:
– ¿Viene gente a hacer rituales a las pirámides?
Sí, pero son rituales privados. Son muy costosos, alrededor de 3000 euros la renta por día. Hace unos días vino un grupo de México que hizo aquí un ritual y me contrataron de guía. Traían una especie de incienso que olía muy bien
– Sí, era copal. En una vasija ¿así? –señalé con la mano–
Sí eso. También traían una pluma.
– ¿Traían penachos? Perdón ¿plumas en la cabeza?
No solo un listón rojo amarrado en la frente. Vestían de blanco. Dijeron que vivían en algún lugar en la montaña. Eran como 16, la mayoría mujeres.
– ¿Eran rubios o morenos?
Morenos claros. Hicieron el tour al sur del Nilo. Rentaron un barco para ellos solos, un barco chico, privado, muy caro y yo los acompañé de guía. En cada templo hacían su ritual privado.
Las pirámides de Egipto no podían estar fuera del circuito de celebrantes paganos de la neomexicanidad, solo que estos pasos no son para todos, representan un lujo muy caro. No siempre las cargas de energías son gratis, ni accesibles. Con seguridad la energía solar de Giza es una de las más costosas. Pero además con su andar van dejando huellas en las modalidades del turismo.
El guía, un egiptólogo estudiado, ya incorporó en su oferta al turista la idea de cargar de energía. Al igual que el de ciertas producciones escenográficas para capturar la selfie más espectacular.
El turismo es una ritualidad posmoderna que transita y se entreteje con la experiencia mística, y con la producción visual de la identidad encapsulada en una fotografía épica, algo similar al cartucho de los antiguos faraones. Por lo pronto yo me siento super cargada de energía.